domingo, 22 de noviembre de 2015



Por: Viridiana Canales

La economía detrás del narcotráfico


El negocio de las drogas ilícitas está valuado en 40,000 millones de dólares, sólo en México, y es tan redituable para los cárteles que sólo 1 kilo de pasta de cocaína puede incrementar su valor en más de 42,000 por ciento




México ha sido el escenario durante los últimos 10 años de la más violenta faceta de este fenómeno.
No obstante, detrás de las cifras sangrientas existe un negocio que significa un valor de 40,000 millones de dólares por año para las organizaciones criminales mexicanas y sus afiliadas, que dominan el abastecimiento y distribución de la mayoría de las drogas ilícitas en Estados Unidos, de acuerdo con cifras de la página especializada en la valuación de mercados ilícitos havocscope.com.
En perspectiva, el presupuesto total autorizado por el Congreso de EU para el programa de lucha contra las drogas, Iniciativa Mérida, fue de 1,600 millones de dólares.
Para las organizaciones criminales involucradas en el tráfico de drogas, esta actividad es una empresa que les representa un negocio tan redituable que ve el incremento de 1 kilo de hoja de coca con un valor de 1.30 dólares en la selva colombiana a 330,000 dólares en su venta por gramo de cocaína en las calles de Estados Unidos.
El narcotráfico mexicano tiene una compleja economía basada en la producción y logística detrás del tráfico de drogas como la cocaína, mariguana, heroína, y metanfetaminas.
Como muestra de tal complejidad está la cadena de ganancias de la cocaína.
Las condiciones topográficas de México hacen imposible que el árbol de la coca -del que se origina la droga en cuestión- crezca en el país, es así que los principales productores de dicha planta son Colombia, Perú y Bolivia. Según el Departamento de Estado estadounidense, en el 2011, 90% de la cocaína incautada en EU se originó en Colombia; sin embargo, 95% de esta droga que alcanzó el territorio estadounidense transitó por México.
Según cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, un granjero colombiano recibe 1.3 dólares en promedio como pago por 1 kilogramo de hoja de coca. Para producir 1 kilo de pasta base de hidrocloruro de cocaína -la sustancia vendida en las calles como narcótico- se requieren entre 450 y 600 kilos de hoja de coca, esto significa que el costo bruto por 1 kilo de base de cocaína oscila entre los 585 y los 780 dólares.
Entre su origen y el consumidor final, la cocaína incrementa su valor de manera exponencial. Según la firma de geopolítica estadounidense Stratfor, 1 kilogramo de pasta de cocaína puede comprarse en las selvas colombianas por cerca de 2,200 dólares; en los puertos del país, el precio del mismo kilo se eleva a entre 5,500 y los 7,000 dólares. En Centroamérica, el mismo kilo puede alcanzar un valor de 10,000 dólares y una vez que ha logrado atravesar México, el precio por mayoreo por kilo de cocaína alcanza los 27,000 dólares en EU.
Sin embargo, durante su trayecto, el kilo de base de coca sufre varios cortes químicos -proceso mediante el que se agregan adulterantes para incrementar el peso-, con lo que se afecta la pureza del narcótico y se multiplica su valor en el mercado.
En el 2010, la pureza de la cocaína en el mercado estadounidense llego a ser de 47% y el gramo de producto alcanzó un precio de 165 dólares en las calles de EU, según cifras del Análisis Nacional de la Amenaza de Drogas del 2011, realizado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Es así que 1 kilo de pasta de cocaína originado en Colombia, con un valor de 780 dólares, se convierte en 2 kilos de cocaína con cortes químicos cuya venta por gramo con un precio de 165 dólares significa un valor total de 330,000 dólares.
El Análisis Nacional de la Amenaza de Drogas del 2011 ubica la producción y trasiego de los principales cárteles mexicanos y sus zonas de distribución en Estados Unidos; no obstante, destaca que el Cártel de Sinaloa, encabezado por Joaquín El Chapo Guzmán Loera, domina el mercado y es la única organización criminal mexicana que introduce ilícitamente a EU todas las drogas referidas por el Departamento de Estado en mayor parte del territorio estadounidense, desde Florida y todo el este del país, hasta la zona de los Grande Lagos y el oeste estadounidense.
Le siguen los cárteles del Golfo y Juárez, cuyas zonas de distribución cubren más de 60% del territorio estadounidense.
Cabe destacar que en nueve años, en una comparativa entre este mismo estudio realizado en el 2002 y el 2011, los cárteles colombianos, que controlaban la mayor parte del mayoreo y distribución de la cocaína en Estados Unidos, perdieron terreno ante los cárteles mexicanos, los cuales son ahora los grandes empresarios en el control del negocio de todas las drogas ilícitas..






Por: Viridiana Canales







QUE LE ESPERA A LA ECONOMIA EN MEXICO 2015
Los recientes eventos políticos en México tendrán un enorme impacto económico de largo plazo, pero su efecto inmediato será quizá marginal. Sin duda, si la profunda crisis política fuese aprovechada para hacer reformas de fondo que detonaran el desarrollo de un Estado de derecho funcional, México atraería colosal inversión adicional en las próximas décadas y podría aspirar a romper la llamada “trampa del ingreso medio” y desarrollarse. Sin éstas, México está condenado a permanecer, en el mejor de los casos, en una situación privilegiada entre las economías emergentes; perpetuará su incumplida “promesa del mañana”. En el peor de los casos, la crisis política provocará un viraje peligroso e impredecible hacia el populismo. Si bien México tiene una estructura institucional de la que carecen países como Venezuela, y un blindaje de paradigma que proviene de la arraigada estructura económica resultante de dos décadas de Tratado de Libre Comercio de América del Norte, podríamos presenciar un retroceso quizás irreversible.
A corto plazo, sin embargo, México se beneficiará de dos condiciones relevantes. Primero, de la clara recuperación económica de Estados Unidos; segundo, de que gracias a la reforma energética será posible que la base industrial mexicana gane competitividad importando gas, y al simplemente enchufarse a la red eléctrica más eficiente del mundo, la estadounidense. Dejar de depender de Pemex y de la CFE para el abasto de energía y energéticos, será una diferencia trascendental en términos de costo y de confiabilidad.
La recuperación económica estadounidense ocurre porque, a pesar de toda su complejidad política, fue el único capaz de articular medidas congruentes para enfrentar la crisis de 2008, la más severa desde1929. Se logró recapitalizar al sector financiero y el enorme estímulo monetario (es decir, la masiva impresión de dólares por parte de la Reserva Federal) rindió frutos al lograr reducir las tasas de interés y reactivar al mercado inmobiliario y accionario, e indirectamente a la demanda.
Europa, mientras tanto, está apenas por entrar en la parte más complicada de la fase postcrisis. Queda claro que, como dice el economista Martin Wolf, la economía alemana no es la locomotora sino el cabús del tren económico mundial; el país que más depende de exportarle a los demás. Ahora, tendrán que enfrentar una situación crecientemente compleja, conforme se estanca la demanda mundial y sus manufacturas compiten con las japonesas, impulsadas por un yen en caída
libre. Alemania tendrá dificultades para mantener su participación en el mercado global.
El Banco Central japonés imprimirá grandes cantidades de yenes con dos objetivos. Primero, porque Japón presentó en 2012 su primer déficit comercial en más de 30 años. Aunque éste es compensado por los jugosos dividendos que provienen de las transnacionales japonesas en el resto del mundo, un yen más débil ayuda a su competitividad internacional. Más importante aún, Japón ha acumulado una deuda equivalente a 250 por ciento del PIB. Si las tasas de interés aumentaran un par de puntos porcentuales, una parte relevante de su recaudación fiscal se iría en pagar el costo financiero de la deuda. Para garantizar que éstas no suban, tienen que aumentar fuertemente la oferta de yenes.
Es posible que en 2015 la economía estadounidense crezca más que la mundial. Este es un dramático reflejo de la preocupante desaceleración económica global que se profundiza después de una crisis de 2008 que, sin duda, está lejos de ser resuelta. La economía más grande y desarrollada del mundo no debería crecer más que las otras. Pero, entre otros motivos, puede lograrlo debido a que también tiene el mayor mercado interno del mundo.
Por tener una economía predominantemente manufacturera, México no se benefició del llamado “súper ciclo” de materias primas detonado por la precaria demanda china. Ahora será el ganador regional por su integración industrial con América del Norte. Lo que no se dará, con precios del petróleo a la baja, es la inversión que se esperaba para desarrollar la infraestructura petrolera mexicana. Si bien esto no afectará en forma significativa la expectativa de crecimiento a corto plazo, sí lo hace a largo plazo, y tiene implicaciones fiscales importantes.

Un tercio del ingreso del gobierno federal provino de Pemex en 2013. Considerando que en este año se tiene ya un déficit fiscal de 4.5 por ciento del PIB, si prevalece la debilidad en los precios internacionales del petróleo (probable para 2015 y quizá más allá), el gobierno tendrá que recaudar más impuestos, lo cual tendrá un impacto negativo sobre el crecimiento económico.

Por: Carol Rodriguez
LOS GRANDES PROBLEMAS ACTUALES  DE MEXICO

Introducción
En un indirecto y muy modesto homenaje a don Andrés Molina Enríquez, autor de Los grandes problemas nacionales, libro de 1909, hace seis años intenté resumir en tres los problemas que a mi juicio eran los más importantes del país en ese momento electoral. El resultado fue un artículo que por muy diversas razones nunca se publicó. Al revisar el texto ahora veo que esos mismos tres problemas siguen siendo los que más afectan a nuestro país, simultáneamente, en los ámbitos político, económico y social.
En efecto, de los últimos 18 años del siglo pasado a la primera docena del actual hemos vivido en México el surgimiento o agravamiento de un buen número de problemas económicos, políticos y sociales, que pueden parecer efecto de los cambios políticos y económicos que ha experimentado el país desde el inicio de los años ochenta: la reforma política iniciada en el gobierno del presidente José López Portillo (1976-1982) pero concretada hasta el de Ernesto Zedillo (1994-2000) y las reformas económicas iniciadas en el de Miguel de la Madrid (1982-1988) y profundizadas en el de Carlos Salinas (1988-1994), nuestra perestroika y nuestro glasnost correspondientes.
Después de un largo periodo de estabilidad política y crecimiento económico iniciado en los años cincuenta, que concluye a finales de los sesenta y principios de los setenta, México vive un corto periodo de auge –gracias a ingresos imprevistos de divisas por exportaciones petroleras– que vino a desembocar en una crisis económica y política, dando lugar a una serie de cambios durante los años ochenta y noventa que, lejos de resolver los problemas básicos de pobreza e inequidad, parece ser causa de su agravamiento y del surgimiento de nuevos conflictos.
Es una larga lista de problemas que incluye la pobreza, el desempleo, el comercio informal, diversas formas de delincuencia, el narcotráfico, el contrabando, la emigración de mexicanos a Estados Unidos, la fuga de capitales, la corrupción, la contaminación y destrucción del medio ambiente, la impunidad, los homicidios sin resolver, los levantamientos populares regionales y el caciquismo, entre los más destacados.

Si bien algunos de estos problemas son ya muy viejos, hay dos factores nuevos que acentúan la percepción de ellos por parte de la sociedad: la consolidación de los medios de información como un nuevo poder que, ya sin cortapisas, presenta y resalta –no sin prejuicios– dichos problemas, y el desencanto de la sociedad mexicana por el fracaso de los gobiernos del PAN –el primer partido de oposición que triunfó electoralmente en más de 70 años– para enfrentar y resolver, así fuera parcialmente, algunos de ellos.

 Desempleo y pobreza
La población económicamente activa asciende en México a unos 40 millones de personas. Esta población crece a una tasa anual aproximada de 3%, lo que significa una cifra de un millón 200 mil personas que cada año se incorporan al mercado laboral en busca de empleo. En años de crecimiento económico alto, el sector formal de la economía ha podido crear alrededor de 400 mil empleos por año. El resto de la nueva fuerza laboral, unas 800 mil personas, se ve obligado al empleo informal de diversos tipos (incluyendo actividades ilegales) o a emigrar a Estados Unidos. Sin embargo, la economía no ha estado creciendo a un ritmo alto y sostenido en todos estos años, lo que implica que el número de personas forzadas al empleo informal, la emigración o, de plano, la delincuencia, sea mayor y creciente, a causa de la falta de oportunidades de trabajo. Es decir, a la pobreza endémica del país se suma cada año un nuevo grupo de desempleados, lo que constituye sin duda un caldo de cultivo propicio para todo tipo de actividades ilegales. La causa directa de esta falta de oportunidades es la relativamente baja inversión en proyectos productivos generadores de empleos formales, lo que a su vez se debe en parte a la ausencia de un sistema financiero real y el abandono de la política industrial por parte del Estado en los últimos 30 años, temas que veremos más adelante.

Falta de respeto a las leyes

La carencia de una cultura de respeto a la ley, entendida esta en un sentido amplio, no es algo nuevo en México: podríamos ubicar su origen en la época colonial. Tampoco es exclusiva de nuestro país. De hecho no hay país en el mundo en el que todas las leyes se cumplan y respeten siempre. Pero cualquiera que sea el indicador que se tome al respecto, México se cuenta actualmente entre los países en los que las leyes se respetan en menor grado. Es evidente que en nuestra sociedad las normas se cumplen solo cuando hay una amenaza clara de sanción y autoridades con capacidad para aplicarla.
Esta carencia de cultura de la legalidad obedece a varios factores de diversos tipos, de los que destaco solo dos. El primero es que una buena parte de las leyes no se puede cumplir, ya sea porque unas leyes contradicen a otras, porque son obsoletas o inadecuadas o porque simplemente no hay autoridades en cantidad y con capacidad suficientes para hacerlas cumplir. El segundo es la ignorancia y el temor, o el desprecio que sienten los diversos sectores sociales respecto a las leyes. En los sectores de menores recursos económicos se percibe a las leyes como impuestas, es decir decididas al margen de ellos y, en consecuencia, se ven como ajenas y, en general, hechas para perjudicarlos, no para protegerlos. En los grupos de recursos económicos altos la percepción es más o menos inversa, es decir, se percibe que las leyes están para favorecerlos, pero solo a ellos y cuando no es así, se busca cualquier resquicio técnico para evadirlas. El resultado en ambos casos es el mismo: las leyes no se perciben como propias, como un mecanismo que se da la sociedad para funcionar en sus diversos ámbitos, en sí mismo digno de respeto, justo y de aplicación general.
Las autoridades de diversos tipos, niveles y orígenes partidarios no han podido eliminar la percepción que se tiene, entre la sociedad, de que son ellos los primeros en violar la ley y esto aparece como un elemento adicional de justificación moral para el incumplimiento de las normas entre los ciudadanos. De ahí que se identifique a la corrupción como un obstáculo fundamental para el avance social. Pero la corrupción es solo una parte del problema más amplio y contextual que es el incumplimiento de las leyes en general. Este tiene implicaciones políticas, económicas y sociales de primera magnitud, sobre todo en un país que intenta adecuarse a la modernidad y a la globalidad.

  Falta de inversión, falta de crédito y falta de política económica

Como en el caso de otros países en desarrollo, México requiere de una tasa de inversión respecto a la producción nacional de cuando menos 25% anual en términos reales y de manera sostenida para alcanzar tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), a su vez, altas y sostenidas en el largo plazo, según estimaciones de organismos internacionales. Con ello, la economía podría aumentar significativamente la generación anual de empleos y, en consecuencia, la proporción de los salarios en el valor agregado, es decir, reducir la concentración del ingreso. En ninguno de los últimos 25 años la proporción de la inversión entendida como formación bruta de capital fijo ha alcanzado esa meta respecto al pib, aun considerando la inversión extranjera.
Desde la primera parte de los años ochenta, el Estado ha reducido de manera significativa su participación en la inversión total como resultado de la orientación ortodoxa de la política económica, que concibe la inversión pública como factor de desplazamiento de la inversión privada y que además considera a la burocracia paraestatal como esencialmente corrupta, ineficiente e incapaz de ser regulada. Por estas dos razones, se hacía indispensable –en esta lógica– la privatización de las empresas estatales rentables y la liquidación de las no rentables. La nueva inversión pública estaría limitada, además, por razones presupuestarias.
En estos casi 30 años de política ortodoxa, la inversión privada nacional no ha podido llenar el hueco de la inversión pública y el Estado ha tenido que revertir algunas de las privatizaciones debido a problemas de rentabilidad, derivados de una deficiente administración en manos privadas. Tales fueron los casos de la mayor parte de las carreteras nacionales de cuota, las líneas áreas nacionales y –un caso muy especial– los bancos.
La nacionalización de la banca mexicana decretada en 1982 por el gobierno de López Portillo, como medida última para frenar la fuga de divisas, no ocasionó ninguna catástrofe financiera como auguraban sus críticos. En contraste, la reprivatización de la banca ocurrida años más tarde bajo el gobierno de Carlos Salinas puso al sistema bancario mexicano en manos inexpertas y lo volvió altamente vulnerable. Aunado a ello, la apertura financiera acelerada provocó el ingreso de grandes cantidades de capital especulativo externo. Además, la sobrevaluación de la moneda hizo aún más vulnerable al sistema financiero.
Síntesis

Este tema es interesante ya que nos explica los tres grandes problemas que enfrenta nuestro país durante años pero que en la actualidad ha agravada ya que esto ha llevado a la pobreza, desempleo, corrupción y que el país este estancado y no pueda desarrollarse de manera correcta y terminar con estos problemas causado por muchos aspectos sobre todo por el mal gobierno y hay que hacer cambios para combatir este problema y sobre todo para la mejora de nuestro país.

Por: Carol Rodriguez 
Se comparte este vídeo con la intención de dar a conocer algunas hipótesis sobre lo que pasará con la economía de nuestro país en el año 2015 en adelante, de acuerdo con las nuevas reformas y políticas públicas, además relacionándolo con el resto del mundo.


https://www.youtube.com/watch?v=BhdeRKd24iw



DEVALUACIÓN DEL PESO MEXICANO

SINTESIS

En este documento se define lo que es la devaluación del peso mexicano, que se entiende por esto como la pérdida de valor del peso frente, principalmente, el dólar; así como sus causas y sus consecuencias.
Asimismo, se habla de lo que se gana con ello, ya que crecen, muchas veces, las exportaciones y el turismo, pero claro, también existen las desventajas de la devaluación de nuestra moneda, ya que baja considerablemente el poder adquisitivo de los mexicanos, sobre todo en los productos que son importados y cotizados en dólares.

La devaluación del peso mexicano, consiste en la pérdida de valor que ha sufrido la moneda mexicana, principalmente frente al dólar a lo largo del tiempo. Sin embargo, esta pérdida es exclusiva al dólar estadounidense que ha ganado algo de poder. Podemos observar esto principalmente con el YEN o con el dólar canadiense con el cual nuestra moneda se ha mantenido estable. [ En 2015, el tipo cambiario rebasó la marca de los 16 y 17 pesos por un dólar por primera vez en su historia. [] Además, la devaluación del yuan en China obligó a que el Banco de México tomara medidas para fortalecer el peso.
Causas Principales:
  • Una elevada inflación por la emisión de dinero no respaldado mediante el PIB y las reservas internacionales.
  • El endeudamiento del gobierno en una forma excesiva.
  • Política económica incorrecta.
  • Inseguridad macro-económica.
Consecuencias:
  • Al no existir una política económica sustentable, grandes capitales emigran a otros países donde existe una moneda estable.
  • Inestabilidad social, pérdida del poder adquisitivo.
Es cierto que al enfrentar una devaluación existe un crecimiento en el turismo extranjero, ya que este prefiere vacacionar donde vale más su dinero. A si como existe un incremento en las exportaciones.
La primera devaluación en México se da cuando un dólar costaba $0.97 pesos cambiando a $1 peso por dólar. Hoy en día un dólar cuesta $17.07 nuevos pesos (MXN o New Mexican Peso), denominación de moneda empleada tras la estrategia del sexenio salinista, meramente política o incluso cosmética en la cual se le quitaron tres ceros a la moneda. Con lo cual, la paridad del dólar con el peso se convirtió de 1 dólar = 3417.8 pesos (MXP) a 1 dólar = 3.41 nuevos pesos (MXN), esto significa que 1 dólar vale 17,564.00 MXP (no MXN).
(Wikipedia , 2015)


¿Quiénes ganan con el dólar caro?

Las empresas exportadoras que tienen un coeficiente de integración nacional elevado son de las principales ganadoras. En la medida que tienen costos en pesos e ingresos en dólares, se benefician de este cuadro, obteniendo más competitividad en su producción, y si el dólar caro es derivado del buen desempeño de la economía de Estados Unidos, están en el mejor de los escenarios. En menor medida, también ganan las exportadoras con bajo coeficiente de integración debido a sus costos en dólares. También ganan servicios como el turismo, por la misma razón.


¿Y quiénes son los que pierden con el dólar caro?

Los consumidores en cuya canasta de consumo hay un porcentaje alto de productos que se cotizan en dólares, como los electrónicos, van a acabar pagando más. Igualmente, los importadores, que tendrán que pagar más por lo que compran, sean insumos o productos o servicios finales. Igualmente, los extranjeros que invierten en pesos, pues necesitarán tasas más altas para obtener los mismos rendimientos equivalentes en dólares.
(El financiero , 2015)

Bibliografía

El financiero . (09 de 03 de 2015). Obtenido de El financiero : http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/seis-preguntas-sobre-la-devaluacion-del-peso.html
Wikipedia . (12 de 11 de 2015). Obtenido de Wikipedia : https://es.wikipedia.org/wiki/Devaluaci%C3%B3n_del_peso_mexicano


 
Problemas económicos en las posguerras


SINTESIS
Este documento, trata sobre las consecuencias económicas que traen los enfrentamientos bélicos consigo.  Se enuncian ejemplos como la primera y segunda guerra mundial, así como la guerra civil española; en estos ejemplos se explica brevemente los años y las formas en las que fueron fluyendo las cosas durante las crisis económicas de las posguerras.
Además, se expone que una guerra implica una nueva restructuración de la industria y la economía en un país, para después volver a reconstruir una economía cuando ya se esté en paz.


Si hay algo claro es que el momento más duro de la vida de un país, desde el punto de vista económico, viene después de la guerra. Durante la contienda se ha vivido de lo anterior, si esta es larga la situación se agrava progresivamente, pero los momentos más difíciles vienen después, en la inmediata posguerra. Esto es debido a una serie de factores: En primer lugar, durante el enfrentamiento los gobiernos controlan la economía y la industria se reconvierte hacia fines militares, de hacer coches, por ejemplo, se pasa a hacer cañones, balas… Pues bien, la reconversión nuevamente a una industria de paz, al finalizar el conflicto, conlleva una reestructuración de la industria que normalmente hace que las que no son rentables quiebren y por tanto cierren, las que son rentables y logran readaptarse a la nueva situación tampoco estarán exentas de problemas debido a la situación de crisis inmediata. En segundo lugar, para mantener el esfuerzo bélico no se ha dudado durante la guerra en pedir dinero en el exterior y si la guerra continúa la deuda puede llegar a ser inasumible. Eso le pasó a Francia durante la I Guerra Mundial, que previó un gasto de 2.500 millones de francos, pensando en una guerra corta, y al final hicieron falta 75.000 millones que vinieron precisamente de Estados Unidos. Tras la guerra hay reconstruir el país y… pagar una deuda imposible que hipoteca cualquier intento de crecimiento. El tercer factor es una obviedad, durante la guerra se han destruido muchas infraestructuras y las fábricas e industrias se han convertido en objetivos bélicos, quedando muchas de ellas destruidas. En la agricultura muchos campos han permanecido sin cultivar por la ausencia de hombres, por la proximidad al frente… Por otra parte, ante las carencias de recursos y ante una economía desarticulada y los factores citados anteriormente, se suele producir una inflación constante y una devaluación de las monedas que dejan los escasos ahorros reducidos a cero. Para llegar al nivel de producción de antes de la guerra deben pasar años. Tras la I Guerra Mundial la situación en Europa es crítica, el viejo continente ha quedado arrasado en las zonas de guerra y la economía totalmente desarticulada. La falta de producción y los escasos recursos hacen necesario continuar con algo que durante la guerra ya se ha hecho: el racionamiento de los productos para garantizar el reparto más o menos equitativo entre la población. Ni que decir tiene que este racionamiento no alcanza para llegar a las necesidades normales de la población, pero será indispensable. Una fuerte crisis asola a Europa y al mundo, los intercambios comerciales se reducen a cero y crecen las críticas contra los gobiernos que, además de pensar en la reconstrucción, deben pagar las deudas. La situación fue lamentable en Francia, Gran Bretaña, Italia… y hasta en Estados Unidos se sufrieron las consecuencias por la reconversión de la industria. De esta situación se empieza a salir a mediados de los años veinte, cada país en un momento determinado. Si el panorama es sombrío en todos los países, en Alemania es peor, debe pagar una astronómica indemnización de guerra al reconocerse culpable de la guerra por el tratado de Versalles. Podemos situar el final de esta fuerte crisis en 1925, la guerra había acabado en 1918, y a partir de ahí se inicia una fuerte etapa de crecimiento económico, estos son los llamados felices años veinte, que llegarán hasta la crisis de 1929 una convulsión todavía más fuerte de la economía y que acelerará el camino hacia un nuevo enfrentamiento.  El final de la Guerra Civil Española en 1939 deja un país arrasado, la contienda se ha desarrollado en varias zonas y la destrucción es casi total. La carencia de los alimentos más básicos y productos de primera necesidad llevan al régimen franquista a instaurar el racionamiento. El bloqueo internacional tras la II Guerra Mundial al ver al régimen franquista como un aliado de los fascismos derrotados, hace que el sistema económico corte amarras con el extranjero y que sea la autarquía la doctrina económica en la que se base la supervivencia. La decisión era la única posible, pero era errónea, ni la propia Alemania, país mucho más grande y con muchos más recursos lo consiguió totalmente. Eso llevó al Estado a intervenir en la economía, a marcar los precios de los productos que previamente compraba a los productores por precios muy bajos, y a distribuirlos a través de las cartillas de racionamiento. La situación era tan terrible que a esa etapa se la conoce como los años del hambre. La única preocupación de los españoles era la supervivencia. Una economía estancada llegará hasta 1953 cuando ante la guerra fría Estados Unidos tiende puentes con el franquismo, y la llegada de productos americanos por lo menos permite el fin de las cartillas de racionamiento. La autarquía mantendrá la economía congelada hasta 1959, año en el que se inicia la liberalización de la economía y el fin de la autarquía con el Plan de Estabilización. Tras la II Guerra Mundial la situación es peor que tras la Gran Guerra. El grado de destrucción ha sido más intenso y generalizado. Millones de habitantes padecen hambre, desnutrición, frío, pérdidas de hogares, desplazamientos forzosos y todos los síntomas que veíamos tras 1918. La economía parece que no se va a recuperar, sin embargo, era sólo en apariencia, Estados Unidos, que ha salido fortalecido tras la contienda va a iniciar un generoso plan de reconstrucción de la economía europea para evitar que ésta sea presa fácil del comunismo: el Plan Marshall. Tras cuatro años de envíos de suministros y capitales, Europa Occidental supera en 1952 el nivel de producción de antes de la guerra, y se inicia un fuerte crecimiento económico que llegará hasta la crisis de 1973. Fuera de la ayuda americana quedan países como España, bloqueado por la comunidad internacional y al que no se ha ofrecido el plan Marshall, y los países comunistas que a instancias de la Unión Soviética rechazan la ayuda con el pretexto, no carente de fundamento, de que era una forma de frenar el comunismo, su recuperación tardará bastantes años más.